
La ternura detrás del mal genio
Un hombre llamado Ove
Fredrik Backman, 2012
Editorial: HarperCollins Español.
352 páginas
Ove tiene cincuenta y nueve años. Conduce un Saab. Es el tipo de hombre que señala con el dedo a la gente que no le gusta más o menos como si ellos fueran ladrones y el dedo, una linterna de bolsillo de las que usa la policía. Ahora está delante del mostrador de ese tipo de tienda al que acude la gente que conduce coches japoneses para comprar cables de color blanco. Ove observa al dependiente mientras agita una caja mediana de cartón de color claro.
—A ver, ¿esto es uno de esos Aipad? —pregunta Ove con tono exigente.
El dependiente, un joven con un índice de masa corporal de una sola cifra, parece incómodo. Es obvio que está luchando por contener el impulso de arrancarle a Ove la caja de las manos.
—Sí, eso es. Un iPad. Pero la verdad, estaría bien que dejaras de moverlo así en el aire…
Así comienza Un hombre llamado Ove, una de esas novelas que entran en silencio y se quedan contigo.
Sobre la novela
Un hombre llamado Ove cuenta la historia de un hombre mayor que ha perdido toda motivación para seguir viviendo tras la muerte de su esposa, Sonja. En una serie de intentos fallidos de suicidio, interrumpidos siempre por sus ruidosos y entrometidos nuevos vecinos, Ove empieza a reinsertarse sin quererlo en una comunidad que lo necesita tanto como él a ella. Aunque parece malhumorado, estricto y rígido, en realidad es un hombre profundamente leal, justo y comprometido con quienes ama. A través de saltos entre el presente y recuerdos del pasado, la novela nos va revelando su historia, marcada por el amor, el trabajo y la pérdida.
Contexto histórico y social
La historia tiene lugar en Suecia, en una época reciente que refleja el paso de una sociedad tradicional, basada en valores del trabajo manual y la comunidad, hacia una más globalizada y tecnológica. Ove representa al hombre forjado en el siglo XX: alguien que cree en tener un oficio para toda la vida, que se relaciona con el mundo a través de sus manos y que encuentra valor en lo útil, lo concreto. Su relación con los objetos —como su inquebrantable lealtad al coche Saab— es parte de una visión del mundo hoy en extinción.
La novela también pone en diálogo la experiencia del individuo con los sistemas de bienestar de los países nórdicos: el acceso a salud, educación y pensiones, y cómo esos mismos sistemas pueden volverse impersonales o insensibles ante las realidades emocionales de sus ciudadanos, sobre todo en la vejez. El suicidio aparece no solo como una manifestación de dolor, sino también de control en un mundo que parece haber cambiado demasiado rápido.
Suicidio: entre la voluntad y el sentido de la vida
Uno de los temas más complejos y valientes que aborda la novela es el suicidio. En Un hombre llamado Ove, este no se presenta únicamente como una manifestación de dolor o desesperanza, sino como una decisión profundamente ligada a la voluntad y la autonomía del individuo. Ove considera quitarse la vida no por impulso, sino como una elección racional ante un mundo que ya no le ofrece sentido. La historia no lo juzga, sino que expone cómo la muerte, única certeza de la vida, puede ser pensada como una posibilidad legítima.
Filósofos como Albert Camus, uno de los más representativos en este tema, reflexionan sobre el suicidio como el verdadero problema filosófico fundamental. Camus afirma que preguntarse si vale la pena vivir es la primera cuestión que debe abordar todo pensamiento humano. Para él, reconocer el absurdo de la vida no conduce necesariamente al suicidio, pero sí obliga a considerarlo seriamente como punto de partida para redescubrir el valor de vivir.
En esta línea, la novela de Backman nos invita a considerar que el suicidio es siempre una opción presente, íntima, incluso lógica en ciertos contextos. Sin embargo, también muestra cómo el contacto humano, el cuidado y la presencia de otros pueden ofrecer alternativas que resignifican el dolor. Lo que comienza como una voluntad de desaparecer, se transforma, sin grandes discursos, en una apertura al afecto y a la vida compartida.
Masculinidad y emociones: la rabia como refugio
Uno de los grandes logros de esta novela es mostrar cómo el machismo, antes que a nadie, daña a los propios hombres. Ove ha sido criado para ser fuerte, útil y silencioso. No sabe hablar de lo que siente. Ama, pero no lo dice. Sufre, pero no lo muestra. La rabia es su lenguaje emocional más permitido. Llorar es una derrota. Pedir ayuda, una traición a la imagen de sí mismo.
La construcción de su identidad masculina está atada al trabajo, al deber, a la contención. Cuando se jubila y muere su esposa, su mundo se derrumba porque ya no tiene un lugar que lo justifique. Sin Sonja, sin empleo, sin sentido, el suicidio aparece como una salida racional. Pero la vida —terca como es— se le impone a través de los otros: una vecina que no acepta un no por respuesta, un gato callejero, una niña que lo llama “abuelo”.
Ove, sin saberlo, comienza a cambiar. No porque se vuelva alguien nuevo, sino porque se atreve a ser más él mismo. Comienza a cuidar, a recibir afecto, a hablar un poco más. En un momento de la novela, llora. Y se siente mal por hacerlo. Pero lo hace. Y en ese gesto mínimo, hay una revolución.
Temas de la novela
- Cambios generacionales: Ove se resiste a una nueva forma de vivir y trabajar, donde el valor ya no está en el oficio sino en el consumo y la tecnología.
- Relaciones con los objetos: El amor por los automóviles, la reparación de cosas y la necesidad de utilidad revelan un vínculo emocional con lo material.
- Sentido de la vida: La novela plantea que el sentido se construye en el lazo con los otros, incluso cuando uno cree haberlo perdido todo.
- Salud emocional: Ove encarna a muchos hombres que, incapaces de nombrar sus emociones, se refugian en el silencio o la rabia. La historia muestra que compartir y aceptar ayuda puede salvar vidas.
- El lenguaje del afecto: Ove no dice “te quiero”, pero cuida, repara, da. Es un hombre que ama con acciones, no con palabras.
Opinión personal: Una novela que emociona con humor… aunque a veces se repita
Un hombre llamado Ove es una lectura entrañable que logra equilibrar temas muy duros con un humor cálido y sutil. El personaje de Ove es inolvidable: su rudeza inicial se transforma, poco a poco, en una vulnerabilidad conmovedora. La forma en que se vincula con los demás —sin quererlo— nos deja una lección poderosa sobre la importancia del afecto, aún cuando no sepamos nombrarlo.
Sin embargo, la estructura episódica, con sus constantes saltos al pasado, puede sentirse repetitiva o un poco predecible hacia la mitad del libro. A pesar de eso, el ritmo emocional se mantiene y el lector termina apegándose a Ove casi sin darse cuenta. Es un relato que confirma que incluso los corazones más duros tienen espacio para la ternura.
Sobre el autor

Fredrik Backman (Suecia, 1981) es un escritor contemporáneo que ha logrado conectar con lectores de todo el mundo gracias a su estilo accesible y humano. Además de Un hombre llamado Ove (2012), sus obras más representativas incluyen Mi abuela pidió disculpas, La gente del barrio, y Beartown, donde explora comunidades pequeñas, relaciones interpersonales y temas como el trauma, el perdón y la pertenencia.
Su vigencia radica en su capacidad para narrar con humor y sensibilidad las emociones cotidianas que muchos tienden a callar. Backman construye personajes entrañables con los que es fácil identificarse, y que nos recuerdan que, incluso en los márgenes del sistema, siempre hay espacio para la redención.
No responses yet