La concepción de una idea. Primer paso de un proyecto literario.
«Sucede con frecuencia que llega uno a encontrar una idea que buscaba, llega a darle forma, es decir a obtenerla, sacándola de la nebulosa de percepciones oscuras a que representa, gracias a los esfuerzos que hace para presentarla a los demás». Miguel de Unamuno
La concepción de una idea
El momento en que nace una idea, el primer paso de un proyecto literario, ese momento en que una luz se prende en nuestra cabeza, y decimos aquí hay algo, y ese algo todavía no tiene mucha forma, por eso, no es que ya tenemos una idea para una novela, un cuento o un ensayo, simplemente algo nos mueve y tenemos como ganas de empezar a hurgar por ahí.
Muchas veces esas ideas, nos llegan en la vida cotidiana y a la gente que está atenta, que es gente creativa, que está siempre con ideas en la cabeza, les llegan muchísimas de estas ideas al día y la mayor parte son desechadas, porque nosotros mismos hacemos una evaluación de si es una buena idea o no y la desechamos o la apuntamos en una libreta y luego vemos si la podemos desarrollar o no.
La concepción es ese paso anterior a siquiera sentarse a escribir, es ese primer paso de un proyecto literario, el instante en que sientes que tienes algo que decir o tienes una pregunta o tienes una escena, o escuchas una conversación en un bus y te pareció interesante para empezar un diálogo, o alguien te contó la vida de una persona y te pareció interesante como personaje o escuchaste una canción y dijiste esto que me hace sentir esta canción quisiera escribir algo, pero no sé bien que.
O tienes una idea acerca de porque el mundo está como está y esto podría convertirse después en un cuento, un ensayo o una novela, en fin, en este momento simplemente sabemos que hay algo que nos mueve ya sea a nivel intelectual o a nivel emocional y que queremos de un modo u otro ponerlo en palabras.
La idea se puede analizar desde el fondo y la forma:
Al fondo, le llamamos inspiración y contesta la pregunta: ¿De dónde vienen las ideas?
Las ideas vienen de las lecturas que hemos hecho, de la vida cotidiana o de distintos disparadores; cosas que nos disparan algo adentro, de nuevo intelectual o emocionalmente, puede ser una canción, un ejercicio, una conversación o un reto.
De nuestra vida cotidiana, como dicen la realidad supera la ficción y aunque no nos demos cuenta, muchos de nuestros personajes, nuestra manera de hablar, nuestros diálogos, vienen de nuestra propia vida.
En cuanto a la forma
Es lo que queremos decir y la manera en que queremos decirlo. Que forma le vamos a dar a esto que nos está inquietando, a esto que nos estamos cuestionando o a esto que nos esta emocionando, lo que sea que nos haga pensar que tenemos que poner por escrito esa idea, esa inspiración, esa emoción.
La forma se divide en ficción, no ficción, en comic, en poesía, etc, son todas estas maneras que tenemos para poner por escrito esa idea.
Todos estos géneros tienen una serie tradicional de reglas que ya se vienen rompiendo desde hace muchos años, no es así de estricto, pero hay que utilizar a veces estas etiquetas por ser más sencillo explicar porque una cosa es una novela y no un relato, porque un relato no es un cuento, porqué una autobiografía no es una novela.
Pero tengan en cuenta que las reglas están hechas para romperse y las líneas entre géneros están hechas mucho más delgadas y se considera experimental y moderno jugar con estas líneas.
Centrándonos en la novela
Esta puede empezar a hacerse con mapas conceptuales, diagramas, notas. Hay novelas que toman años y años en concebirse, o sea que uno llena cuadernos de notas o que la historia se va armando en su cabeza muy lentamente pero que todavía no se sienta a escribirla, entonces estamos en este primer punto de concepción.
Mientras se escribe uno no tiene por qué estar pensando a que genero pertenece, uno tiene una idea, una pregunta que quiere responderse, una sensación en la que quiere hurgar y entonces empieza a hondar en el fondo y en la forma, después la forma puede ir cambiando y evidentemente el fondo se va a ir transformando.
Muchas veces el fondo y la forma se alimentan la una de la otra, a veces uno empieza algo que creía que era un poema y entonces se da cuenta de que realmente era un relato, los personajes empiezan a hablar y nosotros pensábamos que era un cuento, y se va a quedar corto y que va a tener que ser una novela.
Finalmente, contestando a la pregunta de dónde vienen las ideas, es recomendable llevar un diario.
Muchas veces de estar narrando nuestra propia vida y de la manera en que elegimos narrarla, sin darnos cuenta los que escribimos en un diario nos hemos convertido en narradores, en autores, porque tenemos que estar forzándonos a ponerle forma a nuestras historias de la vida cotidiana.
Por lo tanto los que han escrito un diario tienen una clara ventaja sobre los que no lo hacen, porque tienen muchos años de práctica, aunque sus diarios sean caóticos, aunque sus diarios estén censurados, aunque sus diarios mientan, estos diarios los ha ido formado en el ejercicio de poner en palabras su propia vida.
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Cómo escribir tu propia historia de Raquel Castro y Alberto Chimal.
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