Hoy comparto contigo 7 hábitos que cambiaron mi vida y que en los últimos años me han servido para llenar mi vida de felicidad y bienestar.
Cuántas veces nos habremos sorprendido a nosotros mismos pensando en planes y objetivos futuros, llenando nuestros días con miles de tareas “importantes” que no pueden esperar y que ni siquiera disfrutamos realmente.
Vivimos conectados continuamente al futuro, a lo que será y aún ni siquiera existe. Y es cierto que necesitamos que esto sea así en cierta medida porque nos da la guía de hacia dónde queremos dirigir nuestra vida trazando nuestro camino poco a poco…
En general solemos focalizarnos sólo en lo que vendrá mañana, la semana que viene o el próximo año… y dejamos de sentir, apreciar y, en definitiva, de vivir el AHORA.
Desde hace ya casi 5 años empecé a hacer un cambio en mi vida, decidí que quería ver la vida de otra manera, diferente a como me la habían enseñado hasta ese momento y empecé a incluir en día a día ciertos hábitos que hoy quiero compartir contigo.
Mentiría si dijera que durante todo este tiempo no ha habido momentos más complicados en los que mantener una filosofía y estilo de vida más pausado ha sido difícil. Pero la verdad, es que, aunque he tenido esos baches, siempre he ido manteniendo unas rutinas básicas que me han reportado, y me siguen reportando felicidad.
Por ello, hoy quiero compartir contigo 7 hábitos que cambiaron mi vida para que puedas aplicar aquellos que tengan más sentido para ti y puedan ayudarte en un cambio hacia una vida más tranquila y feliz.
1. Empieza tu día tendiendo la cama.
Tender la cama es un hábito clave que tiene un efecto en cadena de resultados o conductas positivas en otras áreas; representa ganar una pequeña batalla, que pone a nuestro cerebro en modo éxito y genera la motivación para seguir adelante y lograr más cosas en el día.
2. Tener una conversación de calidad al día.
Nadie nos suele enseñar a mantener conversaciones de calidad, y sin embargo son el medio por el cual construimos relaciones duraderas y alcanzamos nuestras metas. Mantener una conversación efectiva implica muchas acciones de nuestra parte, pero tal vez la más importante es mostrar un genuino interés por la persona con la que estamos hablando.
3. Vivir aquí y ahora.
Vivir en el momento es un proceso, algo que requiere esfuerzo. Buda declaraba: «No conozco nada tan poderoso como el esfuerzo para superar la pereza y la apatía». Esa voluntad es necesaria para aprender a regular los pensamientos, las palabras y obras, porque el hecho de estar atentos exige voluntad, firme determinación y fuerza interior.
4. Ir a dormir temprano.
Esta decisión de priorizar mis momentos de sueño se debe a que he descubierto que hacemos procesos corporales mientras dormimos: le damos descanso al cuerpo y al cerebro a la vez que pausamos las tareas. El sueño nos da la posibilidad de desconectarnos, de rendirnos, de soltar el control y permitir que los asuntos pendientes se congelen mientras dormimos.
5. Leer algo que te guste
No hay mayor deleite que una historia que cae en tus manos y la devoras palabra a palabra, con la sensación de que no puedes dejar de leer.
Página tras página te metes en el relato, conoces a sus personajes y te identificas con ellos: ríes, lloras, recuerdas, te emocionas, y cuando llegas al final del libro, con esa agradable sensación que deja a su paso lo que emociona, estás triste de terminarlo, pero deseoso por descubrir una nueva lectura, alguna otra historia por la que te dejarás llevar y que te atrapará.
6. Hacer ejercicio.
Hay infinitas formas de mover el cuerpo que no se consideran un deporte en sí. Es más, muchas de nuestras rutinas diarias implican movimiento: aspirar, subir escaleras, arreglar el jardín, cargar las bolsas del mercado, tender la ropa, ir caminando al trabajo, jugar con los niños, entre muchas otras actividades.
Podemos incluir más movimiento consciente en nuestras tareas cotidianas y disfrutarlo en vez de sentir fastidio o hacerlas sin prestar atención a nuestro cuerpo. Esta alternativa no es perfecta para todos los casos, hay quienes necesitan otras actividades que los inviten a estar activos, y por eso para muchos la práctica deportiva es ideal. Lo importante, a fin de cuentas, es conectarnos con nuestros cuerpos y mantenernos en movimiento.
7. Ahorrar con propósito.
Es posible que te estés preguntando cómo ahorrar si lo que ganas apenas te alcanza. La respuesta no es sencilla, puesto que va a depender mucho de las circunstancias de cada persona, pero ya lo decía Warren Buffett, empresario estadounidense, al afirmar: «No ahorres lo que te queda después de gastar, gasta lo que te queda después de ahorrar». Éste es un consejo que te invita a que, antes de empezar con los gastos del mes, establezcas el ahorro mensual que quieres lograr, apartes ese dinero y vivas con lo restante. Ésta es una forma de ahorrar sí o sí.
Si te interesó alguno y quieres profundizar más sobre estos hábitos que cambiaron mi vida, en mi libro Minimalismo Digital: 7 Hábitos, 24 acciones para desconectar y reconectar con el mundo offline puedes conocer en más detalle cada uno de estos hábitos.
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