Gente tóxica, comportamiento tóxico, comportamientos tóxicos

Dos encuentros recientes me han inspirado este artículo «Gente tóxica» que, en esta ocasión, llega a mitad de la semana.

Gente tóxica, comportamiento tóxico, comportamientos tóxicos

El primero de estos casos sobre «gente tóxica» tuvo lugar un día especialmente frío en el restaurante trattoría Dare al occidente de Bogotá. Allí acudí con una gran amiga para tomarnos un café y adelantar cuaderno como decimos en Colombia.

El encuentro duró más de dos horas y al final la conversación derivó hacia aquella emoción que no solo implica anhelar lo que la otra persona tiene o querer atravesar la misma circunstancia que el otro; el acto de envidiar significa mucho más: te coloca en un plano de continua insatisfación y de queja permanente.

En el libro Gente Tóxica: cómo tratar con personas que te complican la vida, el psicólogo y terapeuta, Bernardo Stamateas explica: 

Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos encontrado con personas problemáticas: (jefes, amigos, familiares, etc.). En todo grupo humano, ¿quién no se ha enfrentado con un manipulador que quería que hicieras todo lo que él disponía, con un psicópata que se había propuesto hacerte la vida imposible; con un jefe autoritario que pensaba que podía disponer de tu vida las 24 horas del día; con un amigo envidioso que celaba todo lo que obtenías; con un vecino chismoso que controlaba a qué hora salías y entrabas a tu casa y con quién?

             Más allá del dolor que nos generaron estas personas, las preguntas de quienes alguna vez tuvimos que convivir con ellas son: ¿qué hago?, ¿cómo pongo límites sin lastimar ni lastimarme?, ¿cómo puedo lograr que está “gente tóxica” no entré a mi círculo afectivo íntimo?

Muchas veces permitimos entrar en nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan qué dijiste, qué hiciste y por qué hiciste o dijiste algo. (o por qué no lo hiciste o no lo dijiste).

Se trata de personas tóxicas que potencian nuestras debilidades, nos llenan de cargas y de frustraciones. Ellas, por cierto, saben todo lo que pasa en el ojo ajeno, pero se olvidan de ver qué es lo que percibe cada uno sus sentidos. ¡No permitas que nadie tenga el control de tu vida ni boicotee tus sueños!

Conéctate con la gente correcta, confía en ti. ¡Estás capacitado para hacerlo! Si tienes en claro tu propósito y tus sueños podrás tener el control de tus emociones y decidir a quienes quieres elegir para que te acompañen. El problema se suscita cuando decidimos quién nos acompañará, mucho antes de tener en claro adónde queremos llegar. El propósito de tu vida es tuyo y solo a ti te pertenece diseñarlo.

Habrá personas que darán valor a tus sueños. Otras menospreciarán todo lo que te propusiste. No valores ninguna de aquellas palabras o sugerencias que provienen de los “los tóxicos”.

El que no se alegra de tu avance o de tus sueños, que diga lo que quiera, tú sigue hacía la meta, no te amares a quienes no se alegran con tus éxitos. Desprecia la opinión de gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de cada una de sus palabras y de sus acciones.

No idealices

No esperes nada de nadie.”

Es tiempo de proponernos, cada uno en lo suyo, y como dice El Dalai Lama “Deja ir a personas que solo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea tu mente.”

Así es, qué filosofía de vida más bella y acertada.

¡Feliz semana y gracias por seguir aquí!

Rubiela Buitrago

Lee más publicaciones que te ayudaran a superar obstáculos y alcanzar tu propósito en la sección de mi blog «cambio de vida».

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