Uno no necesariamente tiene que elegir un género literario para ponerse a escribir.

Lo mío fue un acto de justicia: Te robé un beso, porque tú llevabas años robándome el sueño.  Mario Benedetti.

Continuamos hablando del primer paso en el proceso de concepción de un proyecto literario.  Vamos a hondar un poco más en la forma porque quiero volver a decir  que uno no necesariamente tiene que elegir un género literario para ponerse a escribir.

Como lo comente en el blog anterior, el género se divide entre ficción y no ficción, pero esto es poroso, porque hay novelas que tienen cosas reales y se mueven de repente entre la ficción y la no ficción o utilizan una noticia de algo que si sucedió para situar una novela de personajes que no existieron en la realidad.  

Elige el genero de tu primer proyecto literario

¿Elijo yo el género o el género me elige a mí? 

Yo creo que uno se sienta a escribir y de repente le surge una manera de narrar que le es más familiar, que le es más cómoda por alguna razón; puede tener que ver con lo que ha leído, con la manera en que habla, con la carrera que estudia o estudió o como funciona tu cerebro.

Hay gente cuyo cerebro es muy estructurado y piensa de una manera muy rígida y entonces se le va a hacer fácil escribir una novela capítulo a capítulo con esquemas  y su manera y su proceso para escribir será muy diferente al de personas cuya cabeza es más volátil, y pueden escribir una novela más fragmentaria que juega con los tiempos verbales, que se mueve entre narradores.   

La realidad es que el fondo y la forma se retroalimentan mutuamente todo el tiempo.

A veces la forma va a dictar el fondo y a veces el fondo va a dictar la forma, que quiero decir con esto, que cuando uno está bloqueado, sea porque quiere  decir muchas cosas, pero la manera en que lo está escribiendo es muy burda, o no responde a la sensibilidad de los personajes; es necesario hacer una pausa, dejar enfriar el texto  y dejar que el fondo dicte la forma, es decir, que la personalidad de los personajes, que la naturaleza de la historia, que los temas que estas tratando al final sean los que dicten la forma que va a tomar tu escrito.

Ya sé que suena como cosas abstractas o muy ambiguas, pero para las personas que ya están en el proceso de escribir, algo de esto, de repente les va a hacer click en la cabeza y van a decir claro yo no tengo porque seguir un canon de cómo se han hecho la literatura antes. 

Coincido con muchos autores que dicen que romper las reglas es lo que hace posible que la literatura se mantenga viva. Hay novelas que tienen ensayos incluidos, hay novelas que tienen prosas que son sumamente poéticas, que no están narrando, si no que están fotografiando un instante. Hay una interrelación entre ficción y no ficción, hay una porosidad entre lo autobiográfico y lo ficcional, hay una porosidad entre la poesía y la prosa. 

Genero literario, tu elijes o te elijen

Ya no hay esta rigidez que había cuándo se empezó a determinar que era una novela, que era un cuento, qué era un ensayo.  

Hay una discusión interesante con un par de libros de Mario Benedetti, que escribió poemas clásicos japoneses, llamados haikus, que tienen unas reglas específicas y que hablan de la naturaleza casi siempre y el autor debe estar ausente del haikus.

En el haikus el autor debe permitir que el instante se exponga a sí mismo, por ejemplo: la mariposa revolotea, como si desesperara en este mundo, eso es un haikus, ahí se está fotografiando un instante y el autor no está presente, no está emitiendo una opinión, ni está expresando sus emociones al ver este instante, simplemente está diciendo esto existe, esto sucede, esto es  realidad.  

Mario Benedetti escogió el género, lo estudió y decidió escribir dos libros: Rincón del haikus y Nuevo rincón de haikus y se le criticó porque no estaba siguiendo los cánones de este género.  

Se decía:  Mario  Benedetti puede hacer lo que quiera pero que no le llame haikus, porque el haikus tiene unas característica específicas y él hacía acopio de humor en muchos de los haikus; no siempre hablaba de naturaleza y muchas veces estaba presente en ellos; hablaba desde sí mismo y uno podía conocer algo del autor al leer los haikus.  

Los expertos en este género lo criticaron, porque estaba haciendo una apropiación de un generó que no le era propio. 

Sin embargo, pienso que los autores tienen que estar empujando las reglas todo el tiempo; porque si no, todos los poetas seguirían escribiendo poesía religiosa eternamente porque solo nos quedaríamos en los cánones establecidos y la literatura no funciona así.

Empieza a escribir sin necesidad de saber el genero literario que deseas

La literatura es un arte vivo que tiene que renovarse todo el tiempo.  

Las experimentaciones que han hecho los grandes autores como Mario Benedetti, siempre han tenido critica porque la academia que esta relaciona con la literatura, dice tú no estás respetando el género, tú lo que dices que es una novela, no es una novela, es un ensayo y se está tratando de encasillar porque para estudiar las cosas desde la academia se necesita dividir y categorizar los géneros. 

Todo es cíclico y con la literatura ocurre lo mismo, uno estudia o lee, se toman los elementos,  toma lo que aprendió y le imprime algo nuevo, porque el mundo ha cambiado, porque yo como ser humano he cambiado, porque la concepción de la literatura ha cambiado, porque las sensibilidades son distintas, porque los intereses son distintos; por tanto, no hay una categorización rígida hoy en día de los géneros literarios.

No solo se vale romper reglas, y no es que uno se sienta a escribir y dice: yo voy a romper las reglas, no, esto no funciona así, simplemente yo  escribo lo que me sale y resulta que en el proceso surge que un personaje hablara en un lenguaje distinto, o en verso o de una manera diferente que no estaba establecida.  

Genero literario, como encontrar el tuyo

Nosotros no tenemos que elegir un género, tenemos que elegir una pregunta, una inspiración, una idea y sentarnos a escribir ya después veremos en qué categoría entra

Si es que entra en una categoría y si no alguien más se ocuparan de categorizarlo en un género y en una época.

Ese es mi mensaje de hoy, que no hay reglas y si las hay, están hechas para romperlas, para experimentar.  Habrá quien critique a Mario Benedetti por haber tomado algo como el haikus y decir pues yo hago mis propios haikus, y es válido criticarlo y es válido también decir para preservar el arte del haikus en sus orígenes, se deben seguir estas reglas; pero es necesario que las cosas se renueven.

También, hoy en día leemos novelas como Muerte Súbita, de Álvaro Enrigue que fue galardonada con el Premio Herralde en el 2013, es una especie de anecdotario de dos poetas  y la relación entre ellos, esos poetas fueron poetas que existieron, la relación de ellos no sabemos si fue así o si la imaginó el autor y a la vez tiene pedazos ensayísticos donde se explica los orígenes del juego del tennis.   

Este juego entre ensayo, cuestiones históricas y la imaginación del autor

Uno nunca sabe bien que es real y que no es real y no importa, a fin de cuentas está contando una historia y lo que leemos es literatura, él no se sentó a pensar en que género literario encajaba.

Dejen que el género los elija a ustedes, en vez de ustedes elegirlo desde una rigidez, los invito a que se sienten y vean donde se sienten más cómodos, que prueben, que se animen a leer de todas estas categorías de géneros que están en los anaqueles de las bibliotecas o librerías porque de todas van a sacar elementos que van a formar su estilo personal.

conocer cómo autores han experimentado en la mezcla de diferentes géneros

Si quiere conocer cómo autores han experimentado en la mezcla de diferentes géneros, los invito a leer:

Muerte Súbita, Álvaro Enrigue.  El 4 de octubre de 1599, a las doce en punto del mediodía, se encuentran en las canchas de tenis públicas de la Plaza Navona, en Roma, dos duelistas singulares. Uno es un joven artista lombardo que ha descubierto que la forma de cambiar el arte de su tiempo no es reformando el contenido de sus cuadros, sino el método para pintarlos: ha puesto la piedra de fundación del arte moderno. El otro es un poeta español tal vez demasiado inteligente y sensible para su propio bien. Ambos llevan vidas disipadas hasta la molicie: en esa fecha, uno de ellos ya era un asesino en fuga, el otro lo sería pronto. 

Rincón de Haikus, Mario Benedetti.  Con laconismo, sutileza y brillantez, nos vuelve a mostrar sus enormes cualidades poéticas. Encerrar en 17 sílabas (y además, con escisiones predeterminadas), una sensación, una duda, una opinión, un sentimiento, un paisaje, y hasta una breve anécdota, empezó siendo un juego.

Pero de a poco uno va captando las nuevas posibilidades de la vieja estructura. Así la dificultad formal pasa a ser un aliciente y la brevedad una provocativa forma de síntesis.

Te invito a leer las siguientes entradas, para tener una idea mas clara al momento de empezar tu primer proyecto literario.

Te invito a adquirir mi libro en versión digital DE CONTABLE A CONTADORA DE HISTORIAS o contáctame para adquirir la versión física del libro.

Te invito también a leer mi articulo en la revista digitalware donde hablo sobre «Escribir en la adultez» en la pagina 22 de esta edición.

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