Dictamen Editorial – Segunda parte

¡Seguimos avanzando! Con el paso tres de un proyecto literario: La corrección.

Si aún no has leído la primera parte del dictamen te invito a que lo hagas en el siguiente enlace Dictamen Editorial – PRIMERA PARTE

A nivel trama y personajes:

En este momento, la autora tiene que hacerse las siguientes preguntas: ¿A quién imagino leyendo esta historia? ¿Cuál es mi objetivo al escribirla? ¿Cuál historia quiero contar? El manuscrito es la semblanza de una vida, pero en muchos fragmentos no tiene una vocación literaria, o sea, se queda en el plano anecdótico. Si el deseo es tener simplemente un conjunto de memorias para ella o sus familiares más allegados, está bien, pero si lo que busca es convertir estas memorias en una autobiografía que cualquier persona pudiera leer y encontrar algo en ella, hay que replantearse la manera de presentar los hechos.

¿Qué tipo de cosas convierte este manuscrito en una especie de «diario» o anecdotario sin vocación literaria?

El exceso de datos que no aportan a la historia. Hay muchas especificaciones que a un lector externo no interesan y que entorpecen la narración. No importa dónde estaba ubicado específicamente un restaurante, como tampoco importa la fecha exacta en que la protagonista comienza un trabajo u otro.

Da la sensación de que no quiere olvidar algunos datos o fechas, pero se vuelve tan específico que a un lector externo le estorban, al igual que los nombres de personas que después no figuran en la historia, pero cuyos nombres completos se mencionan.

Los nombres de los asistentes a la boda, por ejemplo, importan si lo que se quiere es dejar un libro de recuerdos familiar. Si lo que se quiere es contar una historia, no son importantes, como tampoco trascienden la cantidad de detalles que se cuentan acerca de cada puesto o proyecto de trabajo.

¿Qué es lo que importa?

Las emociones, las experiencias personales, las conexiones humanas. Con eso es con lo que conectamos las personas. Las partes mas interesantes del texto son las que nos dejan conocer opiniones o emociones de la protagonista, eso nos da mucho más que una dirección o fecha exactas. Fragmentos memorables son la descripción de la abuela Zoila, con sus aceites, fragancias y sombreros, y la parte final en que la autora comparte más de su manera de ver la vida.

Otro aspecto que nos aleja de cierto modo de la narración, es que la propia protagonista pone distancia en ciertos eventos: no se compromete emocionalmente, no nos habla desde sus emociones, sólo nos cuenta datos, fechas, hechos. Lo que la autora tiene ahora es lo que llamamos un «esqueleto»: ya tiene registrados todos los eventos que quiere contar, pero ahora toca darle una repasada, alargar en algunas partes, cortar en otras, compartirnos sus experiencias emocionales.

Si el libro es «Las confesiones de Ruby» o «El libro de Ruby», lo que nos interesa es lo que ha sentido y lo que piensa Ruby. Un buen ejemplo de esta distancia emocional es el episodio del compromiso: sabemos cómo era su vestido, qué hubo de comer, pero no la vemos a ella, qué sentía, qué pensaba. Otro ejemplo es el momento en que vuelve a su trabajo tras dar a luz a su hijo: ¿Qué sintió al tener que dejarlo al cuidado de su madre? A veces se usan frases como «mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho» o «estaba hecha un manojo de nervios», pero este tipo de expresiones tan usadas ya no nos dicen mucho.

Mejor intentar describir desde su propia experiencia, con sus propias palabras.

Cuando digo que hay que preguntarse cuál historia se desea contar, es porque dependiendo de la manera en que acomodamos los hechos de nuestra vida, la historia puede centrarse en el crecimiento profesional de Ruby, en su familia, en su relación amorosa, etc. Ahora mismo hay un poco de todo, pero no se profundiza en ningún punto.

¿Qué es lo que la ha inspirado a escribir? ¿Es lo que dice al principio, que ahora que su hijo se ha ido se ha quedado sin algo en qué ocuparse?

Tiene que haber algo más. Uno escribe la historia de su vida porque cree que sus experiencias pueden aportarle algo a alguien, o hacerle sentir algo a alguien.

¿Qué quieres lograr? ¿Desahogarte? ¿Recordar? ¿Dejar un legado? ¿Inspirar a alguna lectora de clase baja y decirle que puede hacer lo que se proponga?

Si se tiene más claro esto, la autora sabrá en qué fragmentos alargarse más y cuáles son menos importantes.

Otra manera de pensarlo es ponerse en el lugar de un lector externo y preguntarse:

¿Qué haría que yo siguiera leyendo esta historia? La respuesta casi siempre tiene que ver con el cariño que le tomamos a los protagonistas de las historias, y esto se logra conectando con las emociones, hablando desde ellas.

Párrafos como éstos nos dan una pista de la historia que se quiere contar:

Aparte del gusto por la literatura, los bolos y el pasar tiempo juntos, pronto me di cuenta de que compartíamos un profundo interés por salir a adelante, por demostrarnos a nosotros mismos y a los otros que si podíamos cambiar nuestro destino y dejar una huella significativa en este mundo, él ejerciendo su profesión de abogado y yo como Contador Público.

Todavía no logro recordar en qué momento superé tantas taras con las que crecí. Tal vez a fuerza de tener que hacerlo una y otra vez, sin opción de decir que no, y de repetirme una y mil veces que era capaz. Aprendí a que el éxito o el fracaso dependerían casi por completo de mi esfuerzo, no del de mi jefe, ni de nadie más.

En cuanto al texto de Isbe, la manera de integrarlo sería decir algo como «Yo podría llenar páginas y páginas acerca de mi hermana, pero será mejor dejar que ella hable, que ella nos cuente en sus propias palabras y esté así, por un rato, con nosotros de nuevo».

En síntesis:

La vida de Rubiela está llena de obstáculos y de fuerza para salir adelante. Es una vida admirable en que se demuestra que el trabajo y el esfuerzo pueden acercarnos a nuestros sueños y que nada es gratis. Puede ser una historia inspiradora, si eso es lo que se desea y se invierte el esfuerzo en convertir estos episodios en algo con una línea narrativa más clara. Tener toda la información «vaciada» en el papel es un paso muy importante, pero en este momento no es un texto que pueda ser publicado. La autora tendrá que cuestionarse algunos de los puntos mencionados, considerar hacia dónde quiere dirigir su narración, reordenar, revisar y corregir.

«La primera vez que leí este informe de lectura, no pude contener las lágrimas; sentí mucha frustración, porque habían sido tantos meses de trabajo para tener apenas un “esqueleto”. Faltaban muchos meses de reescribir, corregir, y volver a corregir para acercarme a la versión ideal del libro que quería escribir.»

Gracias a este informe de lectura del libro de Ruby; pude transformar mi manuscrito en un magnífico libro: De contable a contadora de historias:  Apasiónate por lo que haces.

Un libro autobiográfico, que nos invita a encontrar nuestro propósito en la vida y perseguir nuestros sueños siguiendo un protocolo de esfuerzo y resultado; entendido el esfuerzo como disciplina, compromiso y conexión con lo que se quiere.

Escribir De contable a contadora de historias me ayudó a descubrir mi vocación como escritora, y hoy, un año después de su publicación no he parado de escribir blogs, post y mi segundo libro sobre minimalismo digital, que pronto se publicará.

Cómo lo mencionaba en mi blog de la semana pasada sobre el informe de lectura profesional salva tu libro de un posible fracaso. Es importante tener humildad y dejarse aconsejar de la opinión de un experto; alguien que sabe perfectamente todo lo que un libro necesita para convertirse en auténtico éxito. 

A continuación, te recomiendo la lectura de los siguientes libros que te ayudarán en la corrección de tu manuscrito:

Cómo escribir bien un libro, de Alejandro S. Oltra.  Introducción, consejos y trucos para escritores

¿Eres escritor? ¿Quieres serlo? No es algo tan sencillo. Hoy en día, dedicarse a la escritura es una tarea más compleja de lo que algunos creen; muchos se piensan que escribir unas cuantas líneas, publicar un par de cientos de hojas o redactar cada tantos días un blog ya los hace escritores. Sin embargo, todo escritor de verdad debe plantearse unas cuestiones previas al oficio de escribir —cuestiones que no todo el mundo se ha planteado—, y luego, durante el proceso de creación, tiene que ir perfeccionando su carácter y su arte paulatinamente.

Ser escritor es una carrera sin final

Donde el autor evoluciona constantemente y, sobre todo, donde se ve obligado a cultivarse y perfeccionarse, en todo momento y en cualquier lugar. Un escritor de pies a cabeza sabe por qué escribe y —si se da el caso— para quién, conoce mínimamente su mundillo y avanza casi siempre de manera autodidacta. Un escritor que se precie se esfuerza por entender de ortografía, de maquetación, de estilo y un largo etcétera. Se propone la escritura como algo serio y que debe perfilar y pulir sin cesar. Todo esto y mucho más es lo que define a un buen escritor. Sí quieres tener una mejor idea sobre el tema, aprender, reflexionar y pasártelo bien durante el camino, este es tu libro. A cambio, se requerirá de tu parte compromiso, exigencia, paciencia y un poco de sentido del humor. ¿Estás listo?

Escribir mejor, María Sánchez. Cinco claves efectivas. Consejos prácticos de aplicación inmediata para mejorar la redacción en su vida diaria.

Las palabras que expresamos por escrito son nuestras embajadoras; nos representan y reflejan nuestro nivel de educación. La realidad es que, cuando no es posible interactuar cara a cara, las demás personas juzgan nuestro intelecto con base en nuestra capacidad para comunicarnos por escrito. Por ello, es muy importante asegurarse de que la calidad de sus escritos sea un reflejo acertado de quien usted es realmente.

¿A quién le interesa aprender a escribir mejor?

Sin duda alguna, a cualquier persona, independientemente de su profesión. Todos tenemos la necesidad de escribir, en mayor o menor medida. Debido al auge y la consolidación de diversas plataformas tecnológicas como parte esencial de nuestra vida diaria, en la actualidad nos comunicamos por escrito más que nunca. Constantemente redactamos correos electrónicos, creamos informes y presentaciones en el trabajo, escribimos publicaciones para blogs y redes sociales, y chateamos con amigos, familiares y compañeros de trabajo. Es necesario escribir para postularse a un empleo, graduarse de la universidad, presentar reclamos, resolver inconsistencias en pagos, solicitar reembolsos, etc.

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