<<Mucho de lo que cuento en primera persona como si se tratara de una autobiografía es pura mentira. Ahora, que esas mentiras puedan tener una cantidad de verdad dentro, es otra cosa.>> Rosa Montero.

¿Qué hacer si yo soy la inspiración de mi propio personaje o si mis personajes están basados en personas reales?

Los autores cuando empezamos a escribir, lo que creemos que tenemos para contar es nuestra propia vida, y muchas veces, tenemos la necesidad de sacar eso de adentro y de liberarnos de nuestros fantasmas.

A menudo, sentimos que tenemos historias personales atoradas y que las tenemos que contar como si fuera nuestra única historia.  Realmente todos tenemos más de una historia, tenemos un montón de historias, pero casi siempre, nuestras historias autobiográficas son la inspiración para nuestros libros.

Generalmente nosotros escribimos para reescribir la historia y para vivir otros tipos de experiencias, pero cuando soy mi propio personaje cuesta mucho trabajo avanzar; sentimos que no podemos cambiar las cosas que sucedieron en la realidad, y esto nos puede limitar para que la historia fluya como debería fluir.

Porque, aunque nosotros le pongamos nuestro nombre o, aunque nos imaginemos nuestra cara, el personaje eventualmente tiene que liberarse, tiene que ser un personaje, no puede ser nosotros a menos de que queramos escribir nuestra autobiografía.  Pero si nos centramos en ser nosotros, eso va hacer que sintamos que tenemos que decir la verdad, y no hay una verdad en la literatura; hay muchísimas verdades o ninguna verdad.  

El autor no tiene que contar una historia verídica, incluso si está inspirada en su propia historia personal

El autor puede cambiar la historia, por ejemplo: tú puedes escribir tu versión de tu abuelo paterno a la cual conociste muy poco, puedes escribir tu versión de ese abuelo, como tú hubieras querido que fuera, como tú  te imaginas que fue; no existe una regla de tener que escribir la verdad, a menos que estés clamando de que esa verdad sea escrita.

Muchos de nosotros basamos nuestros personajes en gente que conocemos porque así funciona la literatura, y eso no tiene nada de malo; tomar aspectos, tomar cosas que la gente hace, pequeñas actitudes, pequeños gestos, pequeñas excentricidades y rarezas que todos tenemos, que a nadie se nos ocurrirían y que son increíbles. Lo mejor es que convirtamos a los personajes en personajes, que dejemos que nuestra inspiración, que nuestros referentes se conviertan en personajes independientes.  

Hay un ejercicio que recomiendan en los talleres de escritura llamado el tipo de persona que …

Que nos ayuda a observar a las personas a nuestro alrededor y encontrar esas pequeñas cosas que hacen que sean especiales y que cuando escribimos nuestros personajes hacen que sean tridimensionales, que sean creíbles, y para eso, hay que ser buenos observadores de lo que nos rodea y tomar cosas de ahí.  

Yo considero que es un problema ponerle a un personaje nuestro propio nombre, no porque seamos narcisistas o ególatras al querer ponerle nuestro propio nombre al personaje.  De hecho, creo que todos los escritores somos un poco ególatras. El creer que tenemos una buena historia que contar es narcisista, y no nos debemos de avergonzar por tener un poco de narcisismo o de ego para querer contar una historia.

Sin embargo, esa no es la razón por la que tu personaje no debe llamarse como tú, la razón es que cuando tú te imaginas a ti mismo, con tú nombre, con tú físico, vas a limitarle a ese personaje que le pase lo que le tiene que pasar; tal vez le va a ir mejor que a ti, tal vez le va a ir peor que a ti,  tal vez tiene que vivir cosas que tú no has vivido  y que al imaginarte a ti mismo en esa situación, puede que lo límites.

Trata de imaginar a una persona con rasgos un poco diferentes a los tuyos, generalmente, cuando un autor puede terminar una novela que le está costando mucho, es cuando le cambia el nombre al protagonista, cuando deja de hablar desde él y deja que el personaje sea quién hable.

No estoy en contra de inspirarnos en personas reales, al contrario, sucede todo el tiempo. 

Recordemos que en la literatura no hay reglas, el autor puede hacer lo que quiera, incluso en las venganzas literarias que los autores disfrutan mucho escribiendo; tú puedes cambiar la historia y tú puedes hacer que tus enemigos hagan lo que tú quieras, pero, les cambias el nombre, les cambias el físico y tú sabes que son ellos en quien te has inspirado y luego puedes decir: <<es un personaje>>, es ficción, es una novela, no eres tú, no soy yo.

Es recomendable tomar los rasgos de personas reales e ir permitiendo que el personaje se forje a sí mismo y se independice.  Porque si tú estas imaginando a alguien que ya conoces, vas a decir:  pero ella no reaccionaria así, o él no haría eso, o mi amiga va a saber que es ella, porque la estas describiendo idéntica, con todo su físico, con sus características y con su nombre y, nunca le vas a poder enseñar el libro porque va a saber que es ella y se va a enojar.

La idea es escribir ficción, tomas lo que te sirve, pero quitas las limitaciones que hace que no puedan fluir los personajes y vivir sus propios destinos.

Resultado de imagen para imagen pocillo I am writer. Anything you say or do MAY BE USED IN A STORY

Muchas veces, la pareja, los amigos, los familiares de la gente que escribe tienen miedo de que los vayamos a incluir en nuestro libro y los hagamos quedar mal.  Precisamente, en estos días me regalaron un pocillo para tomar café que dice:  << I am a writer. ANYTHING YOU SAY OR DO MAY BE USED IN A STORY >> Cuidado con lo que me dices porque, tal vez, pueda ser usado en mi historia.

No tiene sentido ponerle nombre de personas reales a nuestros personajes, por eso, tienen que ser personajes. 

El escritor tiene que hacer su trabajo, tomar las cosas que le sirven de la gente que está a su alrededor, pero tener la creatividad de crear personajes que se liberen.

No tengan miedo de liberar a sus personajes del yugo de su creador, dejen que se liberen y que vivan sus destinos y a menudo,  aunque no lo crean, tanto el nombre como los rasgo físicos que nos imaginamos al escribir, limitan las historias de estos personajes porque nos imaginamos a nuestro amigo y no queremos que le pase nada malo o nos imaginamos a nuestra enemiga y tal vez, no vamos a dejar que se redima porque la odiamos, y tal vez ese personaje tenía  otro destino.

Piensen en sus personajes como si fueran niños que en algún momento ustedes le tienen que soltar la bici y tienen que dejar que anden solitos, aunque se caigan y se lastimen, prueben a dejarlos independizarse.  

Espero haberles dejado un punto de vista más sobre este tema de escribir desde la realidad, de crear personajes que tienen referencias reales y, sobre todo, del momento en que nosotros somos el personaje de nuestra historia.

A continuación, algunas referencias de libros que te pueden ayudar a profundizar en este tema.

El arte de crear personajes, David Corbett

Si el personaje es el centro de cualquier historia, el arte de crear personajes, en narrativa, cine y televisión, constituye la mejor herramienta para crear y desarrollar personajes brillantes y distintos. Cuando se empieza a concebir un personaje, dice el autor, uno se da cuenta de hasta qué punto toda narración es un reflejo de la propia vida, un paso en la búsqueda de respuesta a las preguntas esenciales: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy? ¿Qué sentido tiene todo esto? Para crear un personaje que parezca vivo será necesario entender sus deseos, pero también sus frustraciones, secretos y debilidades, y en especial sus contradicciones. Se evitará así que el personaje actúe como mero instrumento de la historia, que carezca de la complejidad de las personas reales.

Cómo crear una novela. Personajes 1, Jean Larser 

Crear personajes de novela que los lectores recuerden. Las novelas que venden son las que conquistan a los lectores, los editores o las agentes literarias. Y los personajes de esas novelas es el elemento clave. La elección del editor para publicar una novela y arriesgar su dinero en ella es la misma que la de los lectores. En un 80% es por los personajes: Atractivos, complejos, profundos, heroicos, conmovedores.

En este ebook aprenderás a crear, diseñar y conocer a tus personajes para hacerlos complejos y ricos en personalidad y cautivar con ellos a tus lectores, dejando su impronta en su memoria.

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