«Siempre puedes editar una mala página, pero no una página en blanco.» – Jodi Picoult.
Seguimos avanzando en el paso 2 de nuestro proyecto literario: Primeras páginas.
Primer paso de un proyecto literario
Como empezar tu primer proyecto literario, parte 2A
Dentro del proceso de escribir, hay una trampa en la que casi todos los autores caemos: pensar que las primeras páginas marcan la pauta para el resto de la novela, el ensayo, el cuento, o lo que sea que quieran escribir.
Muchas personas se quedan en sus primeras páginas cuando se sientan a escribir y las van escribiendo, reescribiendo y corrigiendo eternamente y después se aburren de la historia y no saben porque no avanzan en ella.
Incontables autores nos hemos dicho: <<es que no lo logro que avance mi historia, es que escribí el principio pero no avanzo, es que ya corregí pero no me queda perfecto>> a esto se le llama la trampa de las primeras páginas.
Muchas veces empezamos llenos de entusiasmo, con todo ese ímpetu de una historia nueva, emocionados, nos sentimos inspirados, visitados por las musas y de repente nos damos cuenta de que no pasamos de esas primeras escenas, de esa introducción de la historia. ¿Qué pasa ahí? ¿Porque no pasamos de ellas?, ¿cuál es esa trampa?
La trampa es precisamente que no continúan porque esperan que esta primera parte sea perfecta.
Eso es una trampa porque la única manera de que el principio de un escrito sea perfecto, es escribirlo y corregirlo después de haber terminado el libro o la novela. Por supuesto, esto no siempre es así, hay gente que estructura su historia de una manera y cuando se sienta a escribir ya tiene una historia en su mente y entonces, ya sabe cómo va a ir todo.
A mí me ha servido mucho continuar, seguir escribiendo, más que una recomendación es una manera de trabajar, porque cuando nos sentamos a escribir, por más que tengamos clara la temática de nuestro libro o la historia y por más que creamos que conocemos a nuestros personajes, solo los llegamos a conocer cuando los ponemos en diferentes escenas y en diferentes situaciones.
Por ejemplo: si estamos describiendo la historia de un joven de 15 años y sus padres que sufren un accidente de tráfico, entonces, la primera escena es cómo este joven reacciona cuando le avisan que sus padres han muerto.
En aquel momento, nosotros escribimos esta primera escena y después la reescribimos y luego la volvemos a escribir, la releemos y no nos acaba de convencer y nos acaba de quedar perfecta, pero la seguimos corrigiendo porque estamos convencidos de que hasta que no esté perfecta esta primera escena no vamos a poder avanzar con la historia y entonces, nos quedamos ahí atorados, trille, que trille hasta que quede perfecta.
En primer lugar la perfección no es el objetivo por el cual nos sentamos a escribir
Aquí que cada uno reflexione sobre que lo mueve a escribir; en mi caso, es dar respuesta a una gran pregunta que tengo pendiente por resolver. Pero al final el objetivo es la autenticidad, después de escribir se perfeccionará; digamos que primero necesitamos tener todo el esqueleto de la historia, necesitamos vaciar toda la historia, tenerla ya por escrito y entonces si empezar a corregir y perfeccionar.
¿Qué pasa cuando solo nos quedamos en estas primeras páginas?
Volviendo al ejemplo del joven, solo conocemos a este joven cuando está de luto, solo sabemos cómo está reaccionando ante la muerte de sus padres y no sabemos realmente como es en otras situaciones.
Ya había comentado en el blog anterior que hay amigos que solo conocemos cuando salimos de fiesta con ellos y no los conocemos cuando están tristes, en un ambiente laboral, como son con sus parejas o con sus familias, entonces, no conocemos una versión integral de cómo es esta persona, solo conocemos una faceta suya.
Lo mismo pasa con nuestros personajes
En nuestro ejemplo si nos quedamos atorados escribiendo y reescribiendo a este joven cuando acaba de perder a sus padres, realmente no conocemos de él, más que como va a reaccionar en esta situación y si no acaba de cuajar esta primera escena es porque no tenemos más información de él.
La única manera de tener más información de él, es situarlo en situaciones diferentes para saber cómo va a reaccionar e ir concibiéndolo como una persona tridimensional, y no solamente como una persona que acaba de perder a sus padres, o sea, que tenemos que poder verlo relacionándose con otras personas.
Una persona de 15 años por más que haya perdido a sus padres, es mucho más que esa pérdida, aunque sea una pérdida reciente, puede que este enamorado de una chica al mismo tiempo que está sufriendo la pérdida; puede estar viviendo las dos cosas a la vez, porque así somos los seres humanos, no solamente tenemos una faceta, tenemos múltiples facetas que conviven todo el tiempo y a veces, de una manera contradictoria, pero la única manera de hacer tridimensional a un personaje es seguir avanzando en nuestra historia.
Sentarnos a escribir y vencer a la hoja en blanco
Es lo más difícil, ya que lo hiciste no te quedes ahí, sigue avanzando, lo más seguro es que la primera parte va a terminar transformándose un montón.
Yo les puedo contar que en el libro que acabo de terminar, el principio es lo que más veces ha cambiado, pero ahora en la última corrección que hice, ya siento que corresponde a cómo quería introducir el concepto del minimalismo desde la primera página. Eso solo sucede si sigues avanzando, si te quedas en las primeras líneas nunca vas a saberlo.
Es una tentación muy poderosa, querer que las primeras páginas queden perfectas para seguir escribiendo, pero es una trampa, no caigan en esa trampa; sigan avanzando, piensen que un primer borrador es simplemente eso, es el primer vaciado de información, no tiene que estar perfecto para poder seguir escribiendo.
El principio es lo que más veces cambia
Pero cambia cuando ya se escribió todo el texto, casi siempre volvemos a él también porque a lo largo de meses o años en que trabajamos una historia nuestro estilo va mejorando y va cambiando y de repente lo primero que escribimos, ya no combina en estilo con lo siguiente, entonces, volvemos al principio y lo corregimos.
Piénsenlo como un par de escalones que hay que hacer, claro, es importante que el inicio sea impactante, que atrape a ese elector hipotético pero eso solo lo vamos a lograr presentando un personaje interesante o una temática atrayente y esto solo vamos a poder conocerlo y formarlo a lo largo de la historia.
Confíen en el proceso, confíen en que van a poder volver al principio y reescribirlo cuantas veces sea necesario, pero va a ser muchísimo más fácil cuando hayan desarrollado la temática de su historia. Así que sigan avanzando, este es mi consejo de hoy para que no caigan en la trampa de las primeras páginas.
Les recomiendo el siguiente libro por si quieren conocer más sobre este tema:
Sobre el bloqueo del escritor, Victoria Nelson: Concebido como un libro honesto y antiacadémico, ayuda al creador a conocerse a sí mismo, y descubre al lector lo que se cuece entre bastidores.
¿Son necesariamente negativas las dificultades que obstruyen la labor del escritor?
¿Acaso sería preferible que el acto de la escritura transcurriera con la fluidez y serenidad del río de aguas cristalinas?
¿O bien la carga psicológica que impone el impulso narrador constituye un acicate, un instrumento para cobrar conciencia de uno mismo?
A partir de estas preguntas, Victoria Nelson analiza la a veces ardua tarea de escribir, y especialmente su momento determinante: aquel en que el escritor trata de convertir ideas e imágenes vagas en palabras concretas.
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